Zenda- ¡Nuestros héroes!



FILOSOFÍA
Yo, profesor de filosofía de instituto, que estaba intentando que mis alumnos filosofasen y aprendiesen un poco a pensar por sí mismos, y lo estábamos consiguiendo. Y justo en ese momento tan oportuno llegó el encierro. 

Al principio me dice el jefe de estudios y el director que tengo que mandarles un cuadrante con tareas para que ellos vayan haciendo ¿Pero qué tarea señor mío? Si lo que tienen qué hacer para aprender a pensar es venir a clase y debatir mientras yo explico autores.  Pues nada, me cojo el portátil y empiezo a pensar tarea para mandarles, que lean un libro me planteo. Sí claro, como que estos alelados de 17 años se van a leer un libro de Sócrates así porque yo lo diga. No, tengo que conseguir hacer algo que les plantee un reto, que les haga usar Internet para algo más que buscar porno para pasar el rato, reviso mis estanterías llenas de libros pensando qué mandarles y finalmente me decido por volver a los inicios de la asignatura. 

La tarea de la semana es la siguiente: “ ¿De todo lo que dijeron los presocráticos que creéis que es lo más importante?”

Al poco de enviárselo empiezan a llegarme emails masivamente de los padres quejándose, cómo no, de que filosofía es una asignatura que entra en selectividad y qué lo que tienen que hacer sus hijos es hacer exámenes para ir practicando. 

Me pongo a contar hasta 10, pues si contesto ahora mismo a ese mensaje va a estallar la segunda guerra mundial, así que mientras cuento voy a la cocina, me preparo un café y me predispongo a escribir: 

Estimadas familias, 
Sé que son momentos difíciles y qué están preocupados por el futuro de sus hijos. Pero cómo bien les podrán decir sus hijos el objetivo final de la filosofía es reflexionar sobre la vida, sobre el ser humano y cuestionarse las cosas ¿Entonces que consideran más importante, que yo me pase el día proporcionando a sus hijos exámenes que pueden encontrar en cualquier biblioteca pública, o qué les enseñe a pensar con esa cosa que llevan encima de la cabeza llamada cerebro y no lo usen solo para llevar sombrero?

Me separo ligeramente y bebo un sorbo de mi café frío,  y me quedo con unas ganas terribles de escribir: No me gustaría despedirme sin una reflexión final, si ustedes cogen mañana el coronavirus y van al hospital no le dicen al médico lo que debe hacer, ¿No? ¿Por qué entonces hacen todo el puto día eso con los docentes? Cuando tengan la carrera de filosofía hablamos de cómo enseñarla, hasta entonces déjenme hacer mi trabajo ¡Coño!

Pasa la primera semana, mis alumnos empiezan a mandarme las tareas, unos más acertados, otros menos…bueno, cómo siempre. Y, de pronto, me llega un correo de un alumno: ¿ Y cómo vamos a recuperar la normalidad de las aulas? ¿Haremos clases online?
Procedo a seguir el mismo ritual que la otra vez, aquí no me cabrea la incompetencia de los padres sino la mierda de educación que estamos proporcionando a nuestros alumnos. Me dan ganas de contestar ¿Pero qué coño te enseñan a ti en lengua española? ¿Desde cuando un email se manda así?

Contesto a mi querido y preocupado alumno, con el cual ya he discutido alguna vez por no seguir el temario (estos jóvenes de hoy en día son como un rebaño de ovejas y si te sales del camino se pierden), y con este pensamiento me viene a la cabeza Nietzsche, quizá sea un buen autor para trabajar la semana que viene… pero al volver a leer su pregunta y pensar en la situación actual me decanto por Foucault y les vuelvo a lanzar una cuestión a mis alumnos: “¿Quién pone los límites de la normalidad? ¿Quién dicta qué es o no normal?”

Después de esto me avisan de una reunión mediante videollamada, esto es maravilloso en lugar de usar mi tiempo en corregir a mis alumnos y reflexionar sobre la próxima pregunta me toca esto. Consigo reunirme con el resto de profesores, todos dicen que están muy bien pero que hay que seguir con normalidad ¿NORMALIDAD? ¿QUÉ ES NORMAL? Bueno, llegamos a la conclusión de que daremos clases online, y mi pregunta es ¿Si ya me cuesta que no se dispersen en clase, en su casa y con un ordenador en frente que concho quiere el estado que hagamos? ¿Magia? Nos envían el horario de clase y mañana toca filosofía a las 9.00. Maravilloso tengo menos de 24 horas para preparar mi clase, ¿Acaso piensan que salen como churros?

Me levanto al día siguiente  y me coloco frente al ordenador a la hora acordada, esperando a que mis queridos alumnos se manifiesten. A eso de las 9.30 ya tengo a toda la clase conectada, “maravilloso”, pienso, “solo media hora de retraso”. Les pregunto que tal están y después de muchas quejas por todas las tareas que tienen que hacer, uno de los alumnos plantea la siguiente duda: Vale tenemos que estar en cuarentena para parar la mierda esta ¿Entonces por qué hay gente que hace el imbécil por las calles con espadas? ¿Por qué hay gente que pasa de las órdenes del gobierno? A lo cual les respondí que “esto queridos míos lo explica Hobbes quien afirma que el hombre es por naturaleza egoísta, malvado, violento, insolidario y capaz de hacer lo que desea por satisfacer sus deseos. Os lanzo una pregunta para la próxima clase: si el hombre es un lobo para el hombre ¿qué pasaría si el presidente de turno que se supone que tiene que trabajar para la seguridad de todos se comporta como un lobo?”. Y con esto me despido, sintiendo que me falta un montón de cosas que enseñar… pero eso te lo llevas tú a tu casa, mientras que la sociedad piensa que los docentes estamos de vacaciones. ¡Vacaciones mis narices, trabajo más que cuando doy clase en el aula! ¡Hasta las narices me tienen ya!

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